Todas las naranjas reservadas en un cajón de verduras del espacio interior por que es reservadoJ3J3. Con la tecnología de Blogger.

¡Pero la recalcada concha de mi gata!

>> lunes, 11 de julio de 2011



A continuación relataré una breve historia que explique el motivo y nombre de esta entrada..

Hacía dos semanas llegué al curso y encontré dos libros en mi banco. Si, DOS libros.. "Noches blancas" y "20 poemas de amor y una canción desesperada", dentro del primer libro había una carta escrita en italiano del 1986. Poco la pude entender, ya que mis conocimientos sobre éste idioma son casi nulos y sólo puedo entenderlo gracias a su lengua madre, el latín. 
Pero ésto no viene al caso.
Sinceramente, no tengo mucho tiempo para leer, así que los sofocantes días en los que mi mamá me pide que la acompañe a la sucia y horrible iglesia, yo llevo libros mientras un hombre cerrado de mente intenta convencerme de que lo que dice, es LA verdad. Mientras tanto, yo saco un libro y empiezo a leerlo como si fuera una Biblia (¡NO!).
Decidí leer Noches Blancas, unos días después... Leería cada noche, una noche del libro. 
El  viernes a la noche dejé el libro a los pies de mi cama, mis movimientos al dormir, hicieron que éste desapareciera, provocando una desesperación irritante en mí (la típica reacción de una loca cuando busca algo revolviendo todo y tirando las cosas al aire sin importarle quién pase cerca).
Hace no menos de una hora, decidí agacharme y buscar el delgado libro bajo la cama.
Tomé una escoba y a lo lejos, ví que el muy testarudo se escondía en el fondo de la esquina más complicada.
Comencé a sentir un horrible olor.
(a ver, quien tenga un gato y haya sentido el terrible olor que emana su excremento va a poder entenderme a la perfección).
Con la escoba comencé a traer el libro hacia mí y mientras tanto largaba uno que otro insulto para poder soltarme más no morir en el intento.
Mientras más cerca traía el libro, mas fuerte era el olor...

Sí señores, el libro estaba envuelto en mierda de gato. Y no cualquier gato, MI GATA. La hija de puta. Creo que volveré a odiar a los gatos.
Está castigada. No va a dormir en mi cama por un mes.
Ya me había enganchado demasiado con ese libro.
¡Pero lo que más bronca me da, es que la bosta tocó la carta del 1986!

Churrasca, te amo más.

Listo, puedo irme a dormir luego de haber canalizado mi enojo a través de este triste y mugroso sitio.

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